Texto Bíblico: 1
Samuel 1:1-28.
Introducción: Ana no había podido concebir hijos, y en
los tiempos del Antiguo Testamento, una mujer estéril era considerada una
fracasada. Su esterilidad era una vergüenza social para su esposo, era
evidencia de una terrible maldición. Los hijos eran una parte muy importante de
la estructura económica de la sociedad. Eran una fuente de trabajo para la
familia y su deber era cuidar a sus padres en su vejez. Si una esposa no podía
tener hijos a menudo era obligada, por las costumbres del antiguo Medio
Oriente, a entregar a una de sus siervas a su esposo para tener hijos por ella.
Aun cuando Elcana pudo haber dejado a Ana, permaneció dedicado a ella
amorosamente a pesar de la crítica social y de sus derechos bajo la ley civil.
En la vida vivimos con circunstancias que nos impiden tener paz, y quietud. Ana
había experimentado esto en carne propia y era como:
Tema: Una Piedra en
el zapato.
De
Ana aprendemos lo siguiente:
I. Acepto y confronto
su Realidad.
1
Samuel 1:1-8
v
Su
realidad era: No podía concebir hijos. Además tenía que soportar la burla de su
rival. 1:6.
v
Su
realidad era: Tratar de manejar la situación, todos los días. Aunque en secreto
tenía que llorar y lamentar su situación. 1:6.
v
Su
realidad era: No recibir el apoyo emocional que necesitaba. Necesitaba un
abrazo.
a)
Es
fácil pensar que los héroes de la Biblia son diferentes a nosotros. Se nos hace
difícil identificarnos con ellos por cuanto pensamos que son perfectos y su
cultura es diferente a la nuestra.
b)
Ana
no tenía hijos, su nombre se añadía a la lista de mujeres estériles de la
Biblia. Tales como Sara (esposa de Abraham), Rebeca (esposa de Isaac), Raquel
(esposa de Jacob), Ruth (esposa de Boaz), Elizabeth (la madre de Juan el
bautista).
c)
Su
problema no era natural, sino provocado por Dios. 1 Samuel 1:5,6
d)
Sin
embargo su fe la llevo a clamar en perseverancia a Dios.
II. manifiesta
oraciones fervorosas. 1 Samuel 1:9-18
a)
Las
circunstancias no detuvieron a esta mujer. Su oración es una clara expresión de
su fe en Dios.
b)
Su
llanto se torno en oración fervorosa, sus lágrimas en adoración a Dios. Su
oración se torno en una promesa a Dios, si respondía a su clamor.
c)
Esa
piedra en el zapato, nos lleva a buscar a Dios.
d)
Solo
Dios puede quitar esa piedra y darte la paz y quietud que tanto nececitas.
III. Esa fe lo llevo a experimenta la provisión de Dios:
1 Samuel 1:19-20
a)
Su
perseverancia fue escuchada por Dios.
b)
Ana
concibió y dio a luz un hijo el cual llamó Samuel que significa “por cuanto lo
pedí a Jehová”
c)
Dios
le concedió la petición a Ana por cuanto necesitaba Dios un profeta para su
pueblo.
d)
Mientras
tengas esa piedra en el zapata, difícilmente podrás escuchar la voz de Dios.
IV. Su fe en Dios lo
llevo a cumplir su promesa:
1 Samuel 1:21-28
a)
Analiza
cuantas ocasiones has hecho una promesa a Dios, si te responde tu petición.
¿Has cumplido lo prometido?
b)
Dios
es galardonador de los que le buscan y cumple su promesa.
1 Samuel 2:19-21
V.- Toda mujer de fe,
no cesa de adorar a Dios:
1
Samuel 2:1-11
a)
Aquella
mujer que un momento de su vida manifestaba aflicción. Ahora elevaba cánticos
de alabanza a Dios por sus maravillas.
b)
La
piedra en el zapato, le impedía adorar a Dios, porque su centro de atención
estaba en la situación en la que vivía.
v
1
Samuel 2:1-2, su atención no está en la bendición sino en el quien la bendijo.
v
1
Samuel 2:3, su centro de admiración es la sabiduría y el conocimiento de Dios.
v
1
Samuel 2:6, reconoce el poder de Dios de dar y quitar la vida.
v
1
Samuel 2:7, reconoce que es Dios quien humilla y exalta.
Conclusión: Ana tuvo que aceptar
y confrontar su realidad, orar con fervor, esa fe que tuvo en Dios, lo llevo a
ver las maravillas de Dios, y como resultado ella hizo votos a Dios, y así toda
su vida se convirtió en adoración. Alza
tu rostro y reconoce cuán grande es el amor de Dios hacia tu vida, no por lo
que hagas sino por lo que eres. Él conoce tus aflicciones, tus conflictos, tus
dolores, él está presto a manifestarse en tu vida.
No
te concentres en tus problemas, en tus aflicciones, enfócate en adorar a Dios,
que está por encima de todo lo que puede afligirte. Que esa piedra en el
zapato, no desvíe tu mirada de Dios.
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