Texto: 1 Samuel
3:1-21.
Introducción:
Aquella
madre desde muy pequeño había instruido a su hijo, mientras el niño crecía los
consejos las advertencias nunca faltaban en ese hogar. Cuando el niño creció y
ya era un joven comenzó a gustarle las cosas que sus amigos hacían. La madre
sospecho que su hijo andaba en malos pasos. Por cual le dijo que no estaba bien
lo que hacía y que las consecuencias iban a ser dolorosas. Aquel joven vio a su
madre y le dijo, “mama, por favor no te metas en mi vida, ya estoy grade y sé
lo que hago déjame vivir la vida a mi manera” cierto día andando con sus
compañeros tomando y haciendo cosas
desagradables se desato una riña. Uno de los que estaban allí, llevaba consigo
un arma blanca el cual tiro, y la piedra que llevaba consigo se incrusto en el
ojo de aquel joven. Este joven estaba arrepentido pero ya no tenía un ojo.
Tema:
Sobre advertencia no hay engaño.
Quiere
decir que si alguien te advierte de las repercusiones de algo; después no
puedes decir que no sabias y por ello tienes que afrontar o asumir las consecuencias.
Algo
serio, pasaba en Israel. El versículo 1 nos dice que la palabra de Jehová
escaseaba en aquellos días. Aun y cuando Dios había advertido a Eli, de las
consecuencias que vendrían a su casa, el no hizo caso a la voz de Dios. El
pasaje nos revela la condición en la que se encontraba Eli, y la condición en
la que se encontraba Samuel.
I.- Eli un Padre
que temió reprender a sus Hijos.
v Las
características de estos hijos: 2:12 Hombres impíos, no tenían temor a Jehová,
2:12 menospreciaban las cosas de Dios. 2:22 Dormían con las mujeres que velaban
a la puerta del tabernáculo.
v La actitud de
Eli: 2:23 No se comporten así el pueblo habla de esto. En ningún momento les
dijo a sus hijos de las consecuencias de jugar con Dios.
Esta historia demuestra el repudio de Dios a
los padres que no reprenden a sus hijos y a los hijos que no respetan a sus
padres. Llegará un día en que Dios pida cuentas a cada padre por los hijos que
EL entregó en sus manos, qué le diremos “¿Tuve miedo de llamarle la atención? O
¿Trabajaba demasiado, no tuve tiempo?” Dios no solo castigó a Elí con la muerte
de sus hijos sino que Elí mismo falleció, tenemos que entender que nuestros
hijos no son realmente nuestros sino que son seres que el Altísimo coloca en
nuestras vidas y que le perteneces a EL. Piense, padre o madre, la repuesta que
le dará al Creador cuando este le pregunte “¿Qué hiciste con los hijos que te
di?”
v
La
posesión de Eli: Estaba acostado y ya no tenía buena visión.
II.- Samuel un
Hijo obediente.
v
Estaba
a merced de Eli.
v
Las
tres veces que Dios le habla; Samuel va en busca de Eli, para ponerse a sus
órdenes.
v
Los
hijos obedientes responden así: “Habla Jehová, porque que tu siervo oye” v. 9
v
Samuel
escucha la sentencia que Dios le tenía preparado a Eli. V 11
v
Eli no había estorbado a sus hijos. V. 13.
v
Eli
no hizo nada para corregir su error. V. 18.
Si
Elí hubiera hecho lo que hicieron los de Nínive, Jonás 3:8 las cosas tal vez hubieran tenido un final
bueno.
Pero
Eli tomo como la de estas personas:
v
Las
personas del diluvio.
v
Las
de Sodoma y Gomorra.
Conclusión: Sobre
advertencia no hay engaño, es algo que tenemos que llevar en este día. Que nuestra actitud no sea como la de Eli,
busquemos ser hijos obedientes tal como lo hizo Samuel. No olvides que la
lámpara aun no se ha apagado. Antes de que sucedan las cosas Dios que es
tan lleno de amor y misericordia nos sigue esperando. Criemos hijos como
Samuel obedientes a Dios y a su palabra y no criemos hijos como las de Eli.