lunes, 1 de octubre de 2012

Sermón: Sobre advertencia no hay engaño


Texto: 1 Samuel 3:1-21.
Introducción:
Aquella madre desde muy pequeño había instruido a su hijo, mientras el niño crecía los consejos las advertencias nunca faltaban en ese hogar. Cuando el niño creció y ya era un joven comenzó a gustarle las cosas que sus amigos hacían. La madre sospecho que su hijo andaba en malos pasos. Por cual le dijo que no estaba bien lo que hacía y que las consecuencias iban a ser dolorosas. Aquel joven vio a su madre y le dijo, “mama, por favor no te metas en mi vida, ya estoy grade y sé lo que hago déjame vivir la vida a mi manera” cierto día andando con sus compañeros tomando y  haciendo cosas desagradables se desato una riña. Uno de los que estaban allí, llevaba consigo un arma blanca el cual tiro, y la piedra que llevaba consigo se incrusto en el ojo de aquel joven. Este joven estaba arrepentido pero ya no tenía  un ojo.

Tema: Sobre advertencia no hay engaño.

Quiere decir que si alguien te advierte de las repercusiones de algo; después no puedes decir que no sabias y por ello tienes que afrontar o asumir las consecuencias.
Algo serio, pasaba en Israel. El versículo 1 nos dice que la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días. Aun y cuando Dios había advertido a Eli, de las consecuencias que vendrían a su casa, el no hizo caso a la voz de Dios. El pasaje nos revela la condición en la que se encontraba Eli, y la condición en la que se encontraba Samuel.

I.- Eli un Padre que temió reprender a sus Hijos.

v Las características de estos hijos: 2:12 Hombres impíos, no tenían temor a Jehová, 2:12 menospreciaban las cosas de Dios. 2:22 Dormían con las mujeres que velaban a la puerta del  tabernáculo.
v La actitud de Eli: 2:23 No se comporten así el pueblo habla de esto. En ningún momento les dijo a sus hijos de las consecuencias de jugar con Dios.
 Esta historia demuestra el repudio de Dios a los padres que no reprenden a sus hijos y a los hijos que no respetan a sus padres. Llegará un día en que Dios pida cuentas a cada padre por los hijos que EL entregó en sus manos, qué le diremos “¿Tuve miedo de llamarle la atención? O ¿Trabajaba demasiado, no tuve tiempo?” Dios no solo castigó a Elí con la muerte de sus hijos sino que Elí mismo falleció, tenemos que entender que nuestros hijos no son realmente nuestros sino que son seres que el Altísimo coloca en nuestras vidas y que le perteneces a EL. Piense, padre o madre, la repuesta que le dará al Creador cuando este le pregunte “¿Qué hiciste con los hijos que te di?”
v La posesión de Eli: Estaba acostado y ya no tenía buena visión.

II.- Samuel un Hijo obediente.
v Estaba a merced de Eli.
v Las tres veces que Dios le habla; Samuel va en busca de Eli, para ponerse a sus órdenes.
v Los hijos obedientes responden así: “Habla Jehová, porque que tu siervo oye” v. 9
v Samuel escucha la sentencia que Dios le tenía preparado a Eli. V 11
v   Eli no había estorbado a sus hijos. V. 13.
v Eli no hizo nada para corregir su error. V. 18. 

Si Elí hubiera hecho lo que hicieron los de Nínive, Jonás 3:8  las cosas tal vez hubieran tenido un final bueno.
Pero Eli tomo como la de estas personas:
v Las personas del diluvio.
v Las de Sodoma y Gomorra.

Conclusión: Sobre advertencia no hay engaño, es algo que tenemos que llevar en este día.  Que nuestra actitud no sea como la de Eli, busquemos ser hijos obedientes tal como lo hizo Samuel. No olvides que la lámpara aun no se ha apagado. Antes de que sucedan las cosas Dios que es tan  lleno de amor y misericordia  nos sigue esperando. Criemos hijos como Samuel obedientes a Dios y a su palabra y no criemos hijos como las de Eli.